Al sur de la preciosa localidad de Tarragona hay un ecosistema increíble que es parte de la reserva de la biósfera de las Tierras del Ebro y Parque Nacional desde agosto de 1983: el Delta del río Ebro, o Deltebre, en catalán.
Se trata de kilómetros y kilómetros de campos de arroz (la extensión es impresionante), de humedales que sirven de hogar a cientos de especies, principalmente aves (316 especies de aves comunes y unas 360 de aves registradas de las 600 existentes en Europa), de playas muy vírgenes y de pueblos pintorescos con muchos sitios para disfrutar comida de proximidad divina (no dejéis de probar el arroz y los mejillones).
Súper recomendable: hacer un paseo en bici, creo que es la manera idónea de degustar el Delta y sus habitantes con la calma que merece.
Edited and illustrated by Ana Laya.
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1. Centro de información MónNatura
Para saber todo lo que quieres saber acerca del Delta del Ebro está este centro de infomación. Una visita te ayudará a pensar y aprovechar tu itinerario al máximo de acuerdo a tus intereses. Además ellos ofrecen una serie de actividades, desde paseos hasta observación por telescopios que tal vez te interesen. En sus palabras: “MónNatura Delta de l’Ebre es un gran centro pensado para entender y disfrutar de la magia del Delta. La sal, la pesca tradicional y la observación de aves son los tres grandes hilos conductores que mueven y conducen MónNatura Delta de l’Ebre, formado por un conjunto de espacios que dan valor a este territorio y a la biodiversidad que lo rodea”.
2. Riu a l’Ebre: Paseo en bici
El delta es ideal recorrerlo en bici para poder explorar con calma los campos de arroz, visitar los miradores de aves y descansar un rato al llegar a la playa. En este sitio podéis alquilar la bici para una ruta independiente o iros de excursión con los guías de Riu a l’Ebre. También alquilan kayaks, hacen rutas combinadas u organizan tours para grupos.
3. Lo Pati d’Agustí
Este rico restaurante está en el Poble Nou del Delta, un pueblo de casitas blancas y callecitas pintorescas que vale mucho la pena visitar. En cuando a sus especialidades, lo prometen en su web y es verdad, tienen “los mejores arroces del Delta del Ebro hechos a la brasa de casa”. Es recomendable reservar antes de ir, sobre todo si viajáis en temporada alta.
4. Platja del Trabucador
Espectacular brazo de arena en el que puedes disfrutar de dos playas completamente diferentes separadas por una breve caminata; una exterior al Mediterráneo y la otra interior, la bahía de los Alfacs, ideal si quieres practicar kite, windsurf, SUP o alguno de sus derivados. Hay sitios donde alquilar equipos, por ejemplo Delta Kite SUP.
A partir del año 2023 el acceso a la playa del Trabucador es libre durante todo el año incluidos julio y agosto. El recorrido, como especifican en la web de Amposta Turisme, se puede realizar solo un tramo de 2km con vehículo y en 6,5km a bicicleta o a pie, y aunque en coche el camino no es difícil, se aconseja no salirse de las vías habituales para evitar quedarse atascado en la arena.
Las puestas de sol, como os podéis imaginar, son increíbles. Y hay una sola cafetería/bar/chiringuito al comienzo de la playa, así que tomar las debidas previsiones.
5. Paseo en bote por el Ebro
Al Delta-Delta, la desembocadura del Ebro como tal digamos, se le puede llegar de muchas maneras y todas tienen sus ventajas, pero la verdad es que un paseo en bote siempre resulta atractivo. Puedes tomar el bote desde muchos lugares dependiendo de qué tan largo quieres que sea el recorrido.
Si queréis un crucero más largo tenéis: Cruceros Olmos, que parten desde La Cava. O podéis hacer una excursión particular a medida partiendo de Riumar con Xàrter Nàutic Eli, que cuentan con lanchas con motor de gran potencia y capacidad de hasta 12 personas y con muchos planes para ofrecer incluyendo salidas de pesca, avistamiento de aves, una ruta por las mejilloneras o una ruta por los paisajes más icónicos del Delta acompañada con ostras y cava.
6. Zigurat
El mirador más icónico y más alto del Delta con vista 360 de la desembocadura del Delta y sus alrededores. También llamado ‘Torre de Babel’ ofrece vistas únicas de la isla de Buda, la isla de San Antonio, el Garxal, la playa de Riumar y un montón de aves: desde flamencos y gaviotas, hasta cormoranes y ardeidos.
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7. Restaurant Origens
Descubierto por casualidad resultó ser una excelente opción a las orillas de río para pasar una tarde súper agradable, con buen ambiente, deliciosa comida… ¡y orígenes similares! De hecho fue ver la bandera de Venezuela ondeando fuera junto con la de España, Francia y Reino Unido lo que me llamó la atención y me hizo querer entrar a conocer este restaurante.
Las mesas justo al lado del río son idílicas y tanto la atención como la comida están muy bien. ¿La estrella de la carta? El arroz de pulpo con alioli de miel (foto vía el Instagram de Origens).
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8. Bonus: La Punta del Fangar
Siempre que un viaje se me hace corto me gusta recordar esa frase que dice que siempre hay que dejar algo por ver y así nos garantizamos volver. En este caso lo que quedó para una próxima ocasión fue esta maravillosa península entre desierto y playa justo al norte y con una longitud de 7 km y una anchura de 3 km que se adentra en el mar y que tiene un faro de lo más pintoresco. Nosotros visitamos el Delta en agosto y la caminata que implica llegar allí (solo se puede acceder a pie) resultaba un poco intimidante. Si vosotros tenéis más resistencia al calor y estáis bien preparados (ropa fresca, agua, protector, repelente y zapatos adecuados), no dudéis en visitar ese precioso sitio.
Tomar en cuenta que: “Durante la temporada de abril a septiembre el acceso en la punta está limitado, con sólo un tramo accesible delante de la playa”, advierten desde Amposta Turisme.
¿Listo para esta peculiar aventura?
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